Hermanos míos, gozaos profundamente cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.
(Santiago 1:2-3)
Las pruebas vividas con el Señor, traerán bendiciones a su tiempo. Parece difícil creer que las dificultades puedan traer algo bueno a nuestra vida. Pero la verdad es que Dios usa incluso esos tiempos difíciles para bendecirnos. No controlamos nuestras circunstancias, pero depende de nosotros decidir cómo afrontaremos las dificultades en la vida. ¿Con fe o con queja?
Las pruebas pueden dar frutos de perseverancia, resiliencia y madurez, si entendemos que el Señor está por encima de todo. Dios está formando nuestro carácter, moldeandonos para convertirnos en hijos justos, cada vez más parecidos a Jesucristo. ¡Esto debería llenarnos de alegría!
Ten buen ánimo, incluso si no lo entiendes. El Padre celestial puede utilizar estas situaciones adversas para hacerte crecer, para que dependas más de él para vencer.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo.
(Juan 16:33)
Da buenos frutos, incluso cuando pasas por pruebas
- Quejarse, estresarse o sentirse deprimido no mejora una situación difícil.
- ¡Cambia tu actitud! Ora, cree, alaba y regocíjate en Dios.
- Pídele al Señor que te enseñe cómo generar buenos frutos durante las pruebas de la vida.
- ¡Dios está contigo! Él pone orden en el caos y da vida a tu desierto.
- ¡Sé valiente! Cristo ya venció al mundo, por la fe en él nosotros también vencemos.
Para orar:
¡Señor Dios, todopoderoso! Dame fuerza y valentía. Las luchas son duras y difíciles, ¡pero con Cristo lo superaré todo! Enséñame a superar los días más tristes y desafiantes con fe y madurez. Que tu alegría me acompañe en mis dolores según voy creciendo. Hazme fuerte y perseverante, aunque las pruebas intenten sacudirme. Padre, no me dejes, porque solo no puedo avanzar. ¡Pero contigo, Jesús, soy más que vencedor, por tu amor! ¡Amén!